El privilegio de los artistasPor la Psicoanalista Gilda Palmieri
La libido insatisfecha que los seres humanos pueden tolerar es limitada, impele Freud en la número veintidós de las Conferencias de introducción al psicoanálisis.
Esta insatisfacción aparece, en las neurosis, a partir de una “frustración”, que, como factor externo, accidental, esto es que puede suceder o no, sumado al interno, una “fijación” libidinal de la pulsión, predisponen a la etiología de la neurosis. Sin olvidar el tercer factor, un “conflicto” psíquico, que proviene del yo y que generado por el primero que nombramos, hace que la libido pierda su satisfacción y busque otros caminos, que por su parte generarán “un gran enojo” en alguna otra parte de nosotros rechazando así estos nuevos recorridos, en donde en definitiva, empiezan “los preparativos” para el viaje hacia un síntoma, que hace su aparición como la “satisfacción sustituta” nueva.
Entiéndase que se contrae una neurosis cuando no se puede satisfacer la libido, es importante que para producir efectos patógenos la frustración recaiga sobre la única forma que se tiene de satisfacción en un ser humano.
Ante esta privación incoercible, hay personas que no llegan a enfermarse. Podemos señalar como asociado a este resultado que las pulsiones parciales de la sexualidad así como su aspiración sexual, a donde apunta la frustración, tienen la particularidad de poder reemplazarse, son “plásticas” y pueden mudar su objeto.
Existe un proceso de suma importancia cuando hablamos de un final acertado que resguarda a algunas personas de las afiladas garras que esconde la enfermedad.
El mismo tiene mucha importancia cultural y se llama Sublimación, lo que genera es que una aspiración sexual que es frustrada abandona su meta y adopta otra que se relaciona con la resignada, pero lo particular de ésta nueva es que es “social”. La privación es tramitada, en cierta parte por este proceso del que solo algunos, aunque no exclusivamente, pueden hacer uso con más facilidad. Aquí entonces nos detendremos en llamar a éstos, artistas, ellos mudan estas pulsiones parciales a partir de esta plasticidad.
Lo que sucede con el Arte es que es la única, de las tantas consecuencias y adaptaciones que siguen a la ausencia de la satisfacción esperada, que logra dar libre curso en la vida de la fantasía a los deseos eróticos y de ambición. Las demás no consiguen lograrlo como aquel. Ellas son, a partir del establecimiento del “principio de realidad”; la importancia de la conciencia, con sus funciones de atención y su sistema de registro junto con la memoria, y el proceso del pensar que se constituyo desde el representar, provocando la suspensión de la descarga motriz de la acción; el fantasear, los sueños diurnos; el período de latencia; la doctrina de la recompensa a partir de la renuncia a los placeres terrenales proyectándose luego en forma de mito, como se presenta en el modelo religioso.
El artista es alguien que no logra concordar con la renuncia a la satisfacción pulsional que la realidad le impone. Consigue la regresión a partir de su mundo de fantasía a la realidad con total impasibilidad al final del recorrido. A partir de ciertas capacidades llega (sustitución del principio del placer por el principio de realidad mediante) a “nuevas realidades”, con el resultado de sus obras consigue la “eternidad” y produce en el “hombre común” la admiración al creador, al héroe, que de otro modo hubiese sido, quizá, esquivado, quizá olvidado en su poquedad al decir social.

Bibliografía relacionada:
-Freud, Sigmund "Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico" (1911), Ed. Amorrortu.
-Freud, Sigmund "22° conferencia. Algunas perspectivas sobre el desarrollo y la regresión. Etiología. Ed. Amorrortu.

Para contactarse con la Psicoanalista Gilda Palmieri
Consultorio Tel.: (011) 4774-7317

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