Dialogando sobre la clínica con lo Traumático

Lic. .Gabriela Insua.
Psicoanalista.

Supervisora y docente del Equipo de abordaje de los efectos del acontecimiento traumático sobre la subjetividad del Centro Dos, formación y asistencia en psicoanálisis. Supervisora y Docente del Equipo de Psicopatología Niños y Adolescentes Hospital Santojanni, CABA. Supervisora del PREVI, equipo de abordaje de los efectos de la violencia familiar y el abuso sexual infantil, Dirección de Salud Mental de la Municipalidad de Moreno, Pcia. de Buenos Aires. Miembro Fundador de Centro Trama, institución para la investigación de los efectos del  acontecimiento traumático en la subjetividad de la época. Miembro de Lacantera Freudiana, institución de enseñanza del psicoanálisis.
Autora de:”Volver al Método. Elogio de la Invención Freudiana desde Lacan” Y “No Patologizar la Adolescencia” editados por Letra Viva editorial.Compiladora y coautora de “Lo Indecible. Clínica con lo Traumático” editado por Centro Dos y Letra Viva. Coautora de “De un Trauma No Sexual”, editado por Letra Viva. Compiladora y co-autora de “Adolescencia: nada que adaptar, tanto por jugar” editado por Ricardo Vergara ediciones. Coautora en “Panic Atack: vino viejo en vasijas nuevas?”, en “Adicciones”, “Suicidios” y en “Tópica Cuadernos de Psicoanálisis” todos de Vergara ediciones. Colaboradora habitual en “Psicoanálisis y el Hospital” Revista de Psicoanálisis.



Foto del "Guernica" de Pablo Picasso,
tarjeta postal adquirida en el Museo Reina Sofía, Madrid.
-¿Qué es ”lo traumático”?
Podemos llamar “acontecimiento traumático” a todo aquel suceso que por disruptivo, imprevisible y de una intensidad inusitada imposible de ligar impacta en el psiquismo produciendo una rotura de su entramado fantasmático, simbólico e imaginario. No consigue inscripción significante, en el seminario de “La Transferencia” Lacan dice que lo traumático es lo que no se puede constituir en un mito.
Personalmente me parece sumamente precisa una definición que nos acerca Colette Soler: ”cuando definimos lo traumático hablamos del evento traumático ( cuando hay irrupción violenta de un real que cae bajo el individuo, un real imposible de anticipar y a la vez imposible de evitar). Un real que además parece excluir la incidencia del inconsciente, o del deseo propio del sujeto que lo padece. Entonces hablamos de acontecimiento traumático cuando hay irrupción violenta del dolor, del sufrimiento, del espanto, por la vía de un encuentro inesperado”
El acontecimiento traumático es  entonces “un real salido de discurso” y “un real no sexual”  dice Francoise Davoine, es decir un real no articulado a un proceso de tiempos lógicos constitutivos.
Ocurren acontecimientos entonces, una catástrofe natural o social, como las guerras, un accidente, un duelo, o cualquier suceso que desde el exterior (no desde un proceso interno) pueda tornársele a cada sujeto del orden del acontecimiento traumático al tener las características antes mencionadas.
-¿Qué sucede con un sujeto que experimenta un acontecimiento traumático?
Justamente por su estatuto de lo que no consigue inscripción, queda al decir de Primo Levi como “un olvido imposible”, por fuera de cualquier posibilidad de convertirse en discurso. No se inscribe como experiencia subjetiva, permanece como cuerpo extraño que retorna una y otra vez, manifestándose a través de fenómenos como las pseudoalucinacione, flashbacks, insomnio pertinaz, etc.
Dicho acontecimiento es un signo permanentemente, como un ruido continuo y sordo, como esos ruidos que por permanentes en una casa y que  parece que no los oímos pero los oímos todo el tiempo.
Pasan los años, tal vez las décadas y esos fenómenos la mayoría de las veces siguen aconteciendo.
Por ejemplo, una joven que sobrevivió a un incendio tremendo, me es derivada hace años por un psiquiatra dado que “presentaba alucinaciones”, a esa conclusión había llegado el psiquiatra dado que después de tener el alta médica y que se le hubiera dicho que sus cilias nasales estaban totalmente curadas, ella seguía sintiendo un persistente olor a quemado.
Era tratada con medicación y la alucinación olfativa pensada del orden de lo fantasmatico.
Abordado desde allí, no sólo no iba a mermar ese fenómeno que tanto la molestaba sino que crecía en otra pluralidad de manifestaciones al no poder ser escuchado lo que el trauma viene a decir: que lo traumático no ocurrió allá lejos y hace tiempo, que para quien lo padece “está ocurriendo”.

Bay Naslona, sin título, artista desconocido
tomada de "Sueño con la Paz . Imágenes de la 
     Guerra por los niños de la Ex Yugoslavia". Unicef
-¿Cómo es el tratamiento en estos casos?
Justamente no hay ”tratamiento” en el sentido en que se utiliza ese término.
No se trata de “curar” a quien ha atravesado un acontecimiento traumático sino de transitar con él o ella el camino de que aparezca una y otra vez en la sesión analítica para tal vez alcanzar la suplencia de algún significante nuevo que consiga bordear ese agujero que se produjo.
A mitad del siglo pasado la irrupción de lo que se llamó “stress postraumático” fue muy importante para hacer visible que por ejemplo la guerra no terminaba con el último disparo como se dice en una bellísima película, sin que allí empiezan sus devastadores efectos.
Basta recordar la cifra enorme de excombatientes de Malvinas que se han suicidado después de que volvieron del sur…. el último suicidio de que se tiene noticia fue no hace más de dos años.
Ahora bien, ese concepto de “stress postraumático” tan necesario en un momento inicial de la atención a quienes padecen situaciones traumáticas, luego dejó de ser una herramienta eficaz pues empezó a estandarizarse. A crear protocolos donde si el consultante tiene tal o cual ítem pues entonces tiene “stress postraumático”.
Allí es donde el psicoanálisis que venía interesándose por esta temática desde Sigmund Freud,  Ferenczi, Winnicott, Francoise Davoine, Jean Max Gaudilliere, Jacques Hassoun, Colette Soler entre otros, comienza a afianzar un marco teórico pero además y a partir de él, planteando un abordaje diametralmente opuesto y con respeto del caso por caso.
Cuando abordamos a un paciente que ha atravesado un acontecimiento traumático, todo aquello que tiene que ver con com se armó su posición subjetiva en su historia familiar, será abordado al modo clásico del psicoanálisis: descifrar lo cifrado, hacer consciente lo inconsciente para decirlo de algún modo. Pero en aquellas manifestaciones que son reviviscencias de lo traumático, y que son del orden de una forclusión de significantes justamente por el impacto arrasador del que hablábamos antes, boquete en el entramado psíquico, allí no se trata de descifrar pues no hay cifrado, se trata de acompañar a que tal vez se construya un significante nuevo que bordee ese boquete.
En el caso de la jovencita del olor a quemado que antes citaba, cuando ella pudo ver que trabajé para que se le quitaran las pastillas, que le dije que tal vez ese olor o se fuera nunca, que pudo ir y venir discursivamente, a veces con mucho dolor por las escenas vividas y que de parte del analista ante esas escenas n estaba la obscenidad de intentar interpretarlas, la pseudoalucinación olfativa fue mermando, ubicándose en un lugar en su vida que no la enloquecía
Lo peor que puede pasarle a quien le ha ocurrido un acontecimiento traumático es que un analista trate de forzar asociaciones sobre el hecho en sí, o sobre los efectos del mismo, para intentar descifrarlo. No podría ser descifrado precisamente porque no es un texto, como sí lo son las formaciones sustitutivas: los síntomas, los lapsus, los fallidos, los olvidos.

"Papá, no vayas a la guerra" Ratko,
14 años desalojado de Lipik, tomado
de "Sueño con la 
      Paz" UNICEF
-¿Crees que se generaliza la noción de trauma dentro del ámbito Psi?
Sí, se generaliza y no se discrimina bien de que se está hablando.
Uno es el trauma sexual freudiano, aquel por el que todos entramos en la vida, Lacan lo llamará el deseo del Otro. El Otro desea y baña de ese deseo al niño que recién llega a la vida, y eso es lo mejor que puede ocurrirnos. Y así se arma la novela familiar, la alienación forzada y deseada de la que luego será la tarea separarse. En esa primera alienación radica también el trauma freudiano, desamparados como estamos ante el otro quedamos a su merced en tiempos primigenios.
Pero muy otra cosa es el “acontecimiento traumático” que impacta desde el exterior, sin que el sujeto pueda implicarse en el mismo, pues es extranjero a él, y que como dijimos por su intensidad y carácter imprevisto provoca un agujero en la trama significante.
El que el analista lea al acontecimiento traumático como  un rostro del trauma freudiano provoca forzamientos en la clínica que tienen efectos devastadores.
Lo traumático insistirá para ser escuchado desde otro lugar, y tal vez lo haga desde fenómenos o manifestaciones más graves.

-¿Se puede “elaborar” un trauma?
No. No puede “elaborarse” en el sentido en que lo decía Freud, ya que no podría descifrarse lo que no ha sido cifrado nunca. No puede “elaborarse” un acontecimiento traumático como así tampoco es verdad que haya un “trabajo” de duelo.
Tanto en uno como en otro se trata de la inscripción posible de un agujero, de una pérdida, que no es del orden de la elaboración sino como decía antes, tal vez, si ocurre, si se consigue, la posibilidad de la irrupción de un significante nuevo que permita hacer una inscripción, no del agujero, sino hacer borde.
Me gustaría compartir con ustedes un fragmento brillante de un de los seminarios de Francoise Davoine y Jean Max Gaudilliere al que tuve el honor de participar y que creo clarifica este último punto que me consultaban y también el abordaje de estos casos:
“Con nuestros pacientes tenemos que construir con ellos el campo, con sus características. Ellos son los directores de la investigación, los pacientes (…). El acontecimiento que está allí todo el tiempo, que no puede entrar en el intercambio, no puede transmitirse. Sólo  bajo esta forma se transmisión de la memoria traumática, lo que no olvida nada”
Para el psicoanálisis la ética es una sola: la búsqueda de la verdad subjetiva, pero la estrategia clínica es menester que no se rigidice y que frente a determinados pacientes, como son aquellos atravesados por acontecimientos traumáticos pueda repensarse, reinventarse, no tratando de meter al sujeto dentro de un casillero teórico o diagnóstico, sino todo lo contrario pensando la teoría a partir de aquello que nos enseña la clínica.
Dibujo de un niño del campo de Terezin,
postal personal traída de Terezín.
Y la clínica con lo traumático si hay algo que nos enseña, es que hay “lo indecible” es decir, no aquello que se calla, sino aquellos que no tiene posibilidad de alcanzar estatuto de palabra, que n hay que forzarlo a ser significante si no lo es, y escuchar en sus efectos, en esas reviviscencias traumáticas de las que ya hablaba Freud meterse en ese campo para construir con el paciente.
En este sentido decía Freud en “Más allá del principio del placer”:” el aparato anímico resulta anegado por grandes volúmenes de estímulo (…) la tarea será otra…”
Entrevista a la Lic. Gabriela Insua

No hay comentarios.:

Publicar un comentario